La juventud actual ante el Deporte
Al hablar de estos temas, mi pasión por el deporte hace que pierda la objetividad, pero los datos son fiel reflejo de la realidad. Cuando era pequeño el problema para mejorar en el mundo de deporte, era la falta de instalaciones, y ahora resulta que el problema es que no hay jóvenes que quieran usar esas instalaciones.
Nadie duda de los beneficios de la práctica deportiva en la edad escolar, sobre la salud y en la adquisición de valores como el compañerismo, la deportividad, la disciplina y el esfuerzo (que han estado denostados durante años).
La conclusión es clara los jóvenes cada vez hacen menos deporte, hay una disminución significativa a partir de la segunda mitad de la década de los noventa. Ni la aparición de las grandes figuras deportivas españolas del siglo XXI, Nadal, Gasol, selección de fútbol, equipo Copa Davies, han hecho que esta caida se frene o se atisben signos de recuperación. Es preocupante ver que cuanto más dinero invierten los organismos estatales, exceptuando estos momentos por la crisis económica, menos respuesta encontramos en los jóvenes y más entre las personas de más de treinta años. Nuestros jóvenes están aturdidos por una sociedad en la que prima el éxito rápido y placer instantáneo, algo que no pueden encontrar en el deporte, y si en el consumo de sustancias que les desinhiben y hacen que mejoren sus capacidades de comunicación, que están muy perjudicadas por sus hábitos comunicación, SMS, Messenger, y abuso del MP3.
El deporte le podría ofrecer éxito pero es a largo plazo, y a corto plazo tenemos Gran Hermano.
La clase de educación física del año 2009 en España tiene que modificar aspectos, para que podamos dar la vuelta a esta dinámica. Tenemos que acercar el mundo deportivo a nuestras clases, competir para mejorar, competir para compartir experiencias, competir para viajar (conocer otros países y su modo de vida y costumbres)... La competición ha estado durante años fuera de las clases de Educación Física, porque al igual que la disciplina y el esfuerzo, se consideraba algo del pasado y que no aportaba valores educativos. Hay que recobrar los valores educativos de la competición deportiva, para conseguir que nuestros niños no abandonen el deporte al llegar a la adolescencia.
Nadie duda de los beneficios de la práctica deportiva en la edad escolar, sobre la salud y en la adquisición de valores como el compañerismo, la deportividad, la disciplina y el esfuerzo (que han estado denostados durante años).
La conclusión es clara los jóvenes cada vez hacen menos deporte, hay una disminución significativa a partir de la segunda mitad de la década de los noventa. Ni la aparición de las grandes figuras deportivas españolas del siglo XXI, Nadal, Gasol, selección de fútbol, equipo Copa Davies, han hecho que esta caida se frene o se atisben signos de recuperación. Es preocupante ver que cuanto más dinero invierten los organismos estatales, exceptuando estos momentos por la crisis económica, menos respuesta encontramos en los jóvenes y más entre las personas de más de treinta años. Nuestros jóvenes están aturdidos por una sociedad en la que prima el éxito rápido y placer instantáneo, algo que no pueden encontrar en el deporte, y si en el consumo de sustancias que les desinhiben y hacen que mejoren sus capacidades de comunicación, que están muy perjudicadas por sus hábitos comunicación, SMS, Messenger, y abuso del MP3.
El deporte le podría ofrecer éxito pero es a largo plazo, y a corto plazo tenemos Gran Hermano.
La clase de educación física del año 2009 en España tiene que modificar aspectos, para que podamos dar la vuelta a esta dinámica. Tenemos que acercar el mundo deportivo a nuestras clases, competir para mejorar, competir para compartir experiencias, competir para viajar (conocer otros países y su modo de vida y costumbres)... La competición ha estado durante años fuera de las clases de Educación Física, porque al igual que la disciplina y el esfuerzo, se consideraba algo del pasado y que no aportaba valores educativos. Hay que recobrar los valores educativos de la competición deportiva, para conseguir que nuestros niños no abandonen el deporte al llegar a la adolescencia.
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